El bilingüismo en nuestra sociedad es una situación cotidiana. Es común que oigan a sus padres hablar distintos idiomas haciendo que el niño los incorpore de una forma natural, casi sin darse cuenta.
Aunque se pueda creer que se confunde a los pequeños hablándoles dos idiomas aún cuando todavía no son capaces de expresar palabras, no está comprobado que el bilingüismo cause trastornos del aprendizaje sino más bien todo lo contrario, los beneficios son notables. Un estudio reciente ha demostrado que los niños de un año que proceden de familias bilingües desarrollan una mayor flexibilidad en el aprendizaje lingüístico. Son más dúctiles para reconocer las estructuras del discurso así como para controlar diferentes lenguas de forma simultánea.